Historia de la raza: el perro Gran boyero suizo es una raza canina que es considerada descendiente de un antiguo perro conocido como el Molossus romano, este perro fue llevado al mediterráneo gracias a los navegantes griegos y fenicios para posteriormente ser utilizado en la guerra por los ejércitos alejandrino y romano. Los romanos además de utilizarlo en la guerra, lo utilizaban como guía de rebaños y en sus viajes ayudaron a difundir la raza hasta llegar a los valles suizos, allí estos perros comenzaron a ser cuidadores de granjas. Hacia el siglo XIX los cinofilos diferenciaron cuatro razas diferentes, que son: Boyero de Berna, Boyero de Entlebuch, Boyero de Appenzell, y por supuesto, el Gran Boyero Suizo. Actualmente, la raza es ampliamente conocida fuera de Suiza.
País de procedencia: Suiza.
Aspecto general: el perro de raza Gran boyero suizo es un perro grande, musculoso y con un manto tricolor.
Tamaño y peso: altura a la cruz: machos 65-72 cm, hembras 60-68 cm.
Formato: la relación de la altura a la cruz - la longitud del cuerpo - 9:10.
Pelaje: de doble capa, corto y denso, de longitud mediana, y un lanilla densa, de color gris oscuro o negro.
Color: el color dominante en estos perros es el negro, con marcas canela en la cara y las patas, y manchas blancas en el hocico, pecho, pies y punta de la cola.
Cabeza: plana, ancha, fuerte, sin ser pesada, es proporcionada respecto al cuerpo; el hocico es poderoso, los labios son negros.
Orejas: de tamaño mediano, triangulares e insertadas bastante alto, en reposo descansan sobre las mejillas.
Ojos: medianos con forma de almendra.
Cuello: fuerte, potente, sin papada.
Cuerpo: ligeramente alargado, poderoso, pero no masivo. La espalda es recta y fuerte. La grupa es larga y ancha. El estómago y los costados están ligeramente recogidos.
Pecho: ancho y profundo.
Cola: recta, bastante pesada, constituye la prolongación de la grupa.
Extremidades (delanteras y traseras): fuertes y compactas.
Características atractivas: los perros de la raza Gran boyero suizo son muy activos, receptivos, y es necesario que sean adiestrados desde edad temprana, además de que socialicen con otros perros y personas para evitar problemas de comportamiento durante la adultez. El Gran boyero suizo tiene un buen temperamento y ama a su familia. Es amable, juguetón, inteligente y posee una buena memoria, se la lleva bien con los niños, por eso es considerado un excelente animal de compañía. También suele tolerar bien la presencia de otros animales.
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