Historia de la raza: el perro de raza Lobero irlandés (Cazador de lobos irlandés, Lebrel irlandés) es una de las razas caninas más queridas y apreciadas de Irlanda. Su historia es antigua y remota, puesto que ya se menciona por Julio César en los comentarios sobre la guerra de las Galias. Su orígen se remonta al año 295 y es descendiente de los lebreles, conjunto de razas de perros que por su alargada constitución física eran los reyes de la velocidad en carreras. Los celtas irlandeses se interesaron por criar a estos grandes lebreles para la cacería. Hasta el siglo XVII ha sido protagonista de caza de animales grandes como jabalíes, ciervos rojos o lobos. Más tarde, lo importarían desde Irlanda los romanos. En 1862 se rescata la raza del borde la extinción realizando cruces de otras razas grandes de rasgos similares como el Dogo alemán y Deerhoung o lebrel escocés. En el siglo XIX el declive de la raza fue tan pronunciado que se temía por su desaparición, pues ya habían disminuido demasiado las poblaciones de los grandes animales a los que solía dar caza, como el alce irlandés, que los dobla en altura. Fue gracias a un capitán del ejército británico llamado George A. Graham que la raza pudo resurgir de sus cenizas, pues fue él quien la rescató cruzando lebreles irlandeses con dogos y lebreles escoceses.

País de procedencia: Irlanda.

Aspecto general: es notable porque el poder y la agilidad de estos perros se combinan con la vista aguda. Es el más grande y alto de los galgos, es una raza áspera y parecida a un galgo. El Lobero irlandés es un animal muy musculoso, fuerte y elegante, con movimientos ligeros y vigorosos, con la cabeza en alto y la cola levantada hacia arriba con una ligera curva al final.

Tamaño y peso: la altura mínima a la cruz para un macho de lobero irlandés es de 79 centímetros, con una media de entre 81 y 86 cm, siendo al menos de 71 en el caso de las hembras. Por supuesto esta gran altura va acompañada de un peso alto, de 54,5 kg. en el caso de ellos y de 40,5 kg.para ellas, todo ello como mínimo.

Formato: ligeramente estirado.

Pelaje: es de un pelo duro, largo y fuerte, de alambre, sobretodo en regiones como la parte inferior de la mandíbula o alrededor de los ojos.

Color: los colores aceptables son gris, atigrado, rojo, negro, blanco puro, leonado o cualquier otro color que aparece en el deerhound.

Cabeza: es alargada, midiendo lo mismo el ancho del cráneo que el largo del hocico, el cual tiene una forma puntiaguda. El cráneo no es demasiado ancho. El hocico es alargado y moderadamente puntiagudo.

Orejas: son pequeñas y su forma es como la de una rosa, al igual que un greyhound.

Ojos: son oscuros y de tamaño medio.

Dientes: medianos, blancos, incisivos dispuestos en una línea, mordida en tijera.

Cuello: largo, fuerte y musculoso, sin papada o piel que cuelga en la garganta.

Cuerpo: es largo, costillas largas y redondeadas, con la espalda ligeramente arqueada. Vientre recogido.

Pecho: es profundo y ancho.

Cola: es larga, ligeramente curvada y cubierta por una buena capa de pelo.

Extremidades (delanteras y traseras): los hombros son musculosos, colocados oblicuamente. Los codos apuntando hacia atrás, ni girados hacia adentro ni hacia afuera. Las extremidades delanteras son musculosas, fuertes y perfectamente rectas. Las caderas son musculosas, la espinilla es larga y fuerte, las articulaciones del corvejón son bajas y no están ni hacia adentro ni hacia afuera. Patas no son grandes, redondas, ni giradas hacia adentro ni hacia afuera. Los dedos son abovedados, en un bulto. Las garras son fuertes, redondeadas.

Características atractivas: los perros de raza Lobero irlandés se les ha bautizado como "gigantes amables" y es que son perros muy dóciles. Es un perro bonachón de gran corazón ideal para vivir en familia siempre que se disponga de espacios amplios. Es buen amigo de otras personas y perros, y encantador de los los niños con el único inconveniente de su gran tamaño que lo convierten en poco manejable para los más pequeños. Es un perro pegado a su dueño y equilibrado con un instinto natural de rastreo y pastoreo. De perro de caza a perro guardián por su agilidad e imponente aspecto, el lobo irlandés es hoy por su gran nobleza un excelente perro de compañía. Estos perros se amoldan casi a cualquier tipo de convivencia, ya sea esta con niños, ancianos, mascotas, otros perros. Pues su nobleza es tal que difícilmente existirán enfrentamientos con cualquiera que forme parte de su familia, a la que defiende sin dudarlo, siendo un gran perro protector.

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