Historia de la raza: la raza del Perro majorero se origina en las Islas Canarias, donde llegó en 1404 con los conquistadores españoles. Estos perros fueron utilizados para proteger y pastar grandes rebaños de ganado. Además, estos perros actuaban como guardias y perros que acompañaban a las tropas de caballos. Majorero Canario se extendió rápidamente por las Islas Canarias. Poco a poco, la raza se hizo cada vez más popular. La salvación para la raza llegó en 1975 cuando un grupo de estudiantes se interesaron en salvar al perro Majorero. Aunque no fue sencillo no desistieron de su interés y en 1979 después de un cuidadoso censo celebraron la primera exposición monográfica del Perro Majorero, con una distinguida concurrencia de criadores, jueces y expertos de carácter nacional e internacional. Durante casi 600 años, los perros de esta raza ayudaron a las personas en cualquier ocupación: pastaban el ganado perfectamente, se les podía confiar una manada muy grande, cazaban bien.

País de procedencia: España, Islas Canarias.

Tamaño y peso: altura a la cruz: macho - 57-63 cm, hembra - 55-61 cm. Peso: macho - 30-45 kg, hembra - 25-35 kg.

Formato: cuadrado.

Pelaje: es liso, no demasiado corto, con una capa interna suficientemente gruesa. Suave al tacto, tiene un ligero brillo. La piel es gruesa, bien estirada. Los pelos externos más largos se encuentran en la parte inferior de la cola, detrás de las caderas y en el cuello. En el resto del cuerpo, el pelaje se distribuye uniformemente.

Color: el color de la lava volcánica, con vetas negras, rojas, beige claro o tigre. Pueden ser a la vez bien definidos y más suaves. Se permiten marcas blancas en la lana. El color del cabello principal, negro profundo con un tinte verdoso. Puede haber una máscara negra o marrón oscura en la cara. No se permiten colores: negro, sin rayas, manchas blancas en los costados y la espalda.

Cabeza: tiene forma de cono, el eje longitudinal superior del cráneo y el hocico están ligeramente inclinados, la protuberancia occipital es convexa. Surco frontal es pronunciado. Las mejillas son lisas, la piel se ajusta firmemente al hueso.

Orejas: están situadas en la zona alta y atrasada de la cabeza y con forma triangular, parece que estuvieran partidas y no pueden mantenerla erectas. Desde la base hasta el final, se pliegan característicamente, mientras que la aurícula es visible.

Ojos: son de tamaño mediano, más bien pequeños, ovalados, de color de la avellana o almendra con tonos florales, de amarillo a marrón oscuro. Se permite un contorno pigmentado, generalmente en negro y gris.

Dientes: mordida en tijera, mordida recta está permitida.

Cuello: el cuello es una de sus características principales, es robusto, potente, corto y ancho, más en la base del cuerpo que en la de la cabeza, y le da aspecto al perro de desproporcionado pues la cabeza es pequeña en comparación, no presenta papada. 

Cuerpo: es fuerte, compacto, casi cuadrado, ligeramente más largo que más ancho. La línea superior está ligeramente elevada. La espalda es recta, con músculos bien desarrollados, la espalda es baja y fuerte.

Pecho: es ancho, voluminoso, de unos 14 cm de los machos y 13 cm de las hembras, las costillas son bastante altas, redondeadas.

Cola: de tamaño medio, en posición no muy alta. Es habitual detener su punta a una distancia de no más de dos o tres centímetros. En el borde inferior tiene remolques.

Extremidades (delanteras y traseras): son rectas, un poco más cortos en relación con el cuerpo, de modo que el cuerpo parece más rectangular, los hombros musculosos forman un ángulo abierto. Los codos se presionan cerca del cuerpo. Los antebrazos son rectos y musculosos. Las extremidades posteriores son rectas, bien colocadas, con ángulos amplios. El ángulo del corvejón es de unos 140 grados. Las caderas son fuertes, desarrolladas.

Características atractivas: el perro de raza Perro majorero es un perro de trabajo, que destaca en actividades de pastoreo, pero es capaz de adaptarse a otras situaciones, incluyendo la vida en el hogar. Pero si destaca por algo es por su valentía y firmeza. Y, también por ser alegre y cariñoso, aunque frente a los extraños se mostrará desconfiado y territorial, lo que le convierte en un gran perro guardián. Es capaz de desarrollar un gran apego por su familia humana, y es tremendamente afectivo y protector. Sin embargo, puede llegar a mostrar una gran fiereza si la situación lo requiere. Pero no conlleva que sea peligroso, dependerá de su socialización y adiestramiento, por lo que requiere contar con un buen adiestrador, firme y seguro. En caso de ser educado pensando solo en la protección, se potenciarán los aspectos menos agradecidos de su personalidad y podemos encontrarnos con problemas de agresividad. Gracias a su carácter alegre, jugará gustoso con los niños, pero siempre debemos tenerlo bajo supervisión. No te extrañes si lo ves pastoreando a tus hijos de una habitación a otra. Con otros animales, puede mostrarse amable y protector, acogiendolos en su manada. Pero su carácter territorial puede hacer complicado que se preste a estar con otros perros. Por suerte, es un aspecto que podemos tratar con socialización, y conseguir que sea un buen compañero en los parques caninos y otras estancias con perros.

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